Capítulo 10. Un astronauta en Kepler 22b
- Yadir Medina Oliva
- 17 abr 2023
- 5 Min. de lectura
Por Nelson A. Sánchez Morales.
Brandon era un joven enamorado del espacio exterior y todas sus maravillas.
Un día, camino a su entrenamiento como astronauta en la NASA, intercambió miradas con una hermosa chica de cabello rosa.
¡Muy bonita por cierto!
Su nombre era Estela, así comienza la historia de amor entre ambos.
Empezaron a salir y conocerse, mientras más lo hacían, más se querían.
Pero ella era demasiado para él, o al menos eso era lo que Brandon pensaba.
En la fecha 10 de junio, ella le dio un presente asombroso, algo que le cambió la vida, eso lo colmó de alegría.
¿Sabéis que era?
Le obsequió su primer traje espacial, junto a la noticia de su primer viaje al cosmos.
El chico, muy emocionado y decepcionado a la vez, pues no sabía qué hacer para demostrarle a Estela que ella era su vida.
De este modo, después de meses de duro entrenamiento, al fin, llegó la hora de lanzarse al espacio en busca de algo para sorprenderla.
A bordo del transbordador espacial Challenger, con fecha 29 de octubre de 2022 comienza el despegue, de esta forma inicia la búsqueda de Brandon.
El día 30 de octubre de 2022 aterriza en Neptuno, dónde llueven miles de diamantes a diario. Brandon con ayuda consigue uno.
Luego aterriza en Marte, dónde en un pequeño frasco almacena un pigmento rojo y lo guarda dentro de la caja que llevaba por nombre Estela.
Aproximadamente a las 14 horas terrestres, con las armas de su nave espacial perfora un asteroide, de él extrae una pequeña pepita de oro y dijo:
¡Ya está la mitad de mi regalo, solo tengo que forjarlo!
Y así le pidió ayuda al Sol y a la Luna.
El primero derritió el oro, Brandon la moldeo hasta hacer una pequeña sortija.
Con el pigmento, dio color al diamante, tornándose en un color rojo brillante.
Con la frialdad de la luna, congelaron ambas piezas, de esta manera creó un hermoso anillo.
Luego pidió un último favor, las coordenadas del planeta más hermoso que se le pueda obsequiar a alguien especial.
Ellos respondieron: lo que buscas se encuentra a unos seiscientos años luz desde la tierra (5.676.438.283.548.480 kilómetros) tiene 2.4 veces su radio y orbita su estrella, ese hermoso paraíso se llama Kepler 22b.
De esta manera con el tiempo en su contra, Brandon regresa a la tierra, busca a Estela, le entrega su traje espacial, él se pone uno que apenas funciona, y vuelven a despegar.
El viaje es largo, a través de la vía láctea.
A cada segundo se complica, la nave sufre una rotura en el casco al chocar contra un asteroide, el soporte vital se estropea, no hay oxígeno y el traje espacial de Brandon comienza a fallar, sí, Brandon se comienza a quedar sin aire y se está congelando.
Estela debe seguir las coordenadas sin experiencia ninguna en navegación.
Brandon está débil, a punto de morir, aún en su mano derecha sostiene una pequeña caja azul. A las 23:50 aterrizan en Kepler 22b y casi sin aliento le dice: Estelita, este planeta es tuyo, faltan pocos minutos para el 31 de octubre y es tú cumpleaños, en mi mano está el regalo por hacerme tan feliz, por enseñarme a ser valiente y ayudarme a cumplir mis sueños, esto es para ti, abre la caja lentamente y ahí encuentra el anillo. Un hermoso anillo forjado con la ayuda de muchos planetas.
Te lo doy, no porque sea tu cumpleaños, sino porque quiero que seas mi esposa, mi compañera para toda la vida, pero solo si tú aceptas.
Brandon, en busca del regalo perfecto, quedó débil, con posibilidades de morir, no solo por la rotura en su traje espacial, sino también por la alta radiación que había recibido su cuerpo en su largo viaje por el espacio.
Estela, al ver el anillo, sabiendo que Brandon quería una vida con ella, decidió adentrarse en el hermoso y misterioso planeta en busca de algo para ayudarlo.
Con un poco de dificultad recuesta a Brandon en una de las habitaciones del transbordador, le da un cálido beso y dice: no voy a perderte, tú eres mi sol, sin ti mis días serán oscuros.
Toma el traje espacial, dentro de una mochila coloca algunas herramientas necesarias para su misión, mientras,
poco a poco, detrás queda la nave. Se adentra en la espesa jungla, ahí descubre unas edificaciones muy similares a las
de París.
Una torre, tan alta como la torre Eiffel. Le recuerda su sueño de viajar y conocer ese hermoso país.
También, vino a su mente la añoranza casi olvidada de ser modelo.
Aquella ciudad parecía tener milenios de existencia, pero, no había señales de habitantes en ningún lugar.
A medida que caminaba por las calles de las gigantescas ruinas, nota un edificio particular, parecía importante.
Entró en él. En medio de aquella estructura encontró lo que parecía una especie de ordenador.
¡Qué suerte!
Intentó iniciarlo y. ¡Sorpresa! Aún funcionaba. Dentro estaba toda la información de Kepler 22b, escuchó algunas grabaciones realizadas por el equipo científico de esa misión y quedó asombrada.
El satélite Kepler 22b, había sido colonizado por seis astronautas, con el fin de crear un hogar e informar si era habitable.
Estela se pregunta en voz alta: ¿Si estas personas eran de la tierra, porque tienen esta tecnología tan avanzada?
De pronto una voz femenina responde: en este lugar el tiempo se mueve de manera diferente a la tierra, un año allá equivalen a cientos aquí.
Estela, asustada susurra ¿Quién eres tú?
La voz responde: hola, soy la inteligencia artificial de Kepler, mi nombre es Gaia, fui generada con el fin de supervisar los avances de la población del lugar.
¿Explícame más, por favor?
Fui originada junto a nueve subrutinas, subordinadas al sistema principal, para controlar los avances del asentamiento.
Aether- Quien se encargaría de terraformar el planeta.
Apolo - Guardaría todos los conocimientos acumulados.
Artemisa - Conservaría el banco de ADN de toda la fauna y la flora, a partir del desarrollo de embriones de esas especies para poblar el planeta.
Deméter - Monitorea toda la agricultura y la producción de alimentos.
Eleuthia - Su programación principal era, en caso de alguna catástrofe, proteger los embriones humanos de la futura población de Kepler.
Poseidón - Filtraría los mares, lagos y ríos.
Hefestos - Diseñaría las máquinas que realizarían las tareas pesadas de construcción y mantenimiento de las instalaciones.
Y las dos últimas, Hades y Minerva, tendrían el poder de destruir y reiniciar todo en caso de ser necesario.
Estela, al escuchar esto quedó sorprendida.
¿Si estaba todo tan organizado porque no hay habitantes, ni animales?
Uno de los científicos jefes del proyecto, por causas desconocidas inició el proyecto Hades, eso lo destruyó todo.
Las subrutinas solo pueden reparar el daño con las funciones que quedaron.
¡Entiendo! respondió Estela.
¿Cuántas formas de vida hay actualmente en Kepler?
Actualmente, hay tres formas de vida. Tú, el chico del transbordador, Dáxter, un pequeño híbrido entre mapache y humano, pero mis sensores detectan que acaba de penetrar otra a la atmósfera, no es terrestre. Imposible determinar su procedencia.
Seguidamente, Gaia dijo, Estela, Dáxter te podrá ayudar en la búsqueda de una cura, te adelanto, no será fácil, este sitio, ya no es el de antes.
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